17 de abril de 2010

Biodiversidad y sociodiversidad


Caminar por el campo, por un bosque, incluso por una zona árida, nos lleva al encuentro con lo distinto, con lo diverso; con las mil y una formas de la vida realizada en especies vegetales y animales y sus interacciones. Esta biodiversidad, desde hace ya tiempo, peligra por la acción antrópica. La acción humana, enmarcada dentro de un sistema productivo depredador, destruye la diferencia en la naturaleza.

La agricultura y la ganadería intensiva proyectan sobre la naturaleza el mismo esquema uniformizador, lineal y mimético que organizó a la fábrica y a los trabajadores dentro de ella. La fábrica y su cadena de montaje redujo la sociodiversidad del artesanado. Fraccionó los tiempos y los movimientos y los integró en una cadena monótona infernal que castra la creatividad individual. Ese "encadenamiento", figurado y literal, alcanza en la agricultura indstrializada el paroxismo: la ingeniería genética promovida por los grandes laboratorios reduce la biodiversidad y promueve formas industrializadas y dependientes de cultivo. Los enormes campos de soja trangénicos son ejemplos de formas "biocidas" y "sociocidas" de producción. Reducen el rango de la vida vegetal posible de cultivar y encadenan a los agricultores a saberes y prácticas ajenos a su cultura. Biología y sociedad son víctimas de la misma ofensiva uniformizadora del productivismo desquiciado.
Foto: Cultivos de soja transgénica en el Amazonas

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