30 de enero de 2010

Austeridad común

Una crítica habitual a la propuesta por el decrecimiento es que ésta no reconoce que los llamados países del Sur tengan el derecho a crecer económicamente tal como lo han hecho los del Norte. A continuación se añade que los primeros, desgraciadamente, no les queda más remedio que aceptar la repetición de los estragos ambientales y energéticos que, en su momento, los segundos provocaron. Es importante rebatir este argumento porque quiere apuntar a una crítica ética al decrecentismo tratando de inmovilizarlo allí donde tiene mucho que decir y aportar. Nos aventuraremos a comentar brevemente esta cuestión.

En primer lugar, el imperativo decrecentista supone para el Norte una reducción drástica de la sobreproducción y el sobreconsumo y, al mismo tiempo, supone un aumento también drástico de la infra producción y el infraconsumo en el Sur, pero tratando de alcanzar un nivel de austeridad común. Para un país africano, como plantea Latouche una sociedad austera "quiere decir producir y consumir más, porque no están ahora en una situación de austeridad; están por debajo de ella". La diferencia entre pobreza y austeridad debe ser subrayada.

En segundo lugar, las metáforas Sur y Norte describen de manera muy general la complejidad de las realidades socioeconómicas, pues hay "sures" en el Norte y "nortes" en el Sur. En el segundo caso, esto significa que dentro de una tendencia a una austeridad común universal muchos de los países del Sur deberán afrontar procesos de decrecimiento internos destinados a un reparto lo más equitativo posible de la riqueza. No debemos olvidar que, por ejemplo, en los llamados "países emergentes" y en otros no tan emergentes, existen espacios de sobreproducción y sobre consumo equivalentes a la de los países centrales. Las dinámicas de decrecimiento deberán desarrollarse, entonces, en primer lugar, de manera endógena y después abordarse en un contexto mundial en la perspectiva de una austeridad común.

El proyecto de "austeridad común" plantea, por lo tanto, una adecuación o modulación del decrecimiento de acuerdo a las diferentes formas de expresión de las inequidades a partir de iniciativas que no son a priori ni formalizables ni predecibles. Como señala nuevamente Latouche, "detrás del slogan del decrecimiento y su correspondiente ruptura con la sociedad de crecimiento está la apertura en positivo a proyectos extremadamente diversos que simplemente tienen en común proyectos de sociedad austera, de no ser sociedades de despilfarro, de sobreconsumo".

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