2 de octubre de 2009

Paciencia y urgencia decrecentista


“Lo que he aprendido con los años es que debemos ser pacientes, constantes y comprometidos. Cuando plantamos árboles, algunos me dicen: 'No quiero plantear este árbol porque no va a crecer lo bastante rápido'. Tengo que recordarles constantemente que los árboles que están cortando hoy no fueron plantados por ellos sino por quienes les precedieron. Por ello, tienen que plantar los árboles que beneficiarán a las comunidades en el futuro.”
(Wangari Maathai. Fundadora del Movimiento Cinturón Verde.)

Las paradojas en el decrecentismo abundan. Algunos dicen que es una utopía imposible y, por eso mismo, necesaria. Un sueño y, por lo tanto, imprescindible. Agreguemos la velocidad de los cambios: son urgentes pero la gran mayoría de ellos requerirán mucho tiempo para mostrar sus frutos. No obstante, alguien tiene que empezar por algún lado. Wangari Maathai lo ha hecho: se puso, sin permiso, sin dinero y sin tecnologías sofisticadas, a innovar hace ya tiempo y ahora puede mostrar con orgullo los árboles plantados por sus mujeres descalzas en el África abandonada a su suerte por el resto del mundo. No tenemos ni idea si a Wangari Maathai le gustará la etiqueta "decrecentista" es decir, darse cuenta que hablaba en prosa sin saberlo, pero su osadía merece ser saludada y elogiada desde aquí. Lo mismo decimos de otras iniciativas ciudadanas que siguen la estela de Wangari aunque con peor suerte, por ahora.

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